MI HISTORIA: “SER Y TENER”
Era se una vez, en un pueblecito francés, llamado Aubergne.; una serie de niños acuden todos en una furgoneta, o bien andando, a la escuela. Vienen de varias aldeas de su alrededor.
En dicha escuela, como todas las mañanas el profesor López esperaba con ilusión a todos aquellos que les dan los buenos días llamándole ¡Señor!.
Lo que mas lama la atención en esta escuela es que sólo hay una clase, con sólo un profesor. Era una clase única donde niños de diferentes edades comparten la misma aula. Las mesas colocadas en grupos, donde agrupaba a los niños de las mismas edades. Todos aprendían juntos. Los más pequeños colorean; mientras que los amas grandes hacen un dictado con el profesor.
Durante el día realizan varias actividades. El profesor a los más pequeños los saca a la pizarra para que realicen una serie del número 7. Todos al mismo tiempo, están pendientes del trabajo que realiza su compañero.
No sólo realizan actividades, también reciben disciplina por parte del profesor. Durante el día, aprenden cosas tan sencillas colmo es lavarse las manos, hasta lo mas complicado que es pedirle perdón al compañero con el que había peleado.
El profesor les hace entender a todos ellos; aquellas disciplinas básicas como es el respeto hasta que entienda un niños de diez años que su padre esta mal pero se pondrá bien.
Podremos describir al señor Lípez, como un héroe cotidiano armado con un lápiz y papel, con una mirada tranquila, una paciencia infinita y por supuesto, con una completa atención a sus alumnos.
El profesor cuenta que su padre era campesino, y él cuando pequeño siempre le ayudaba en su trabajo y veía lo duro que podía llegar a ser ese trabajo. El nos cuenta que sus padres nunca querían que él hubiera sido campesino.
Desde muy pequeño quería ser maestro. Le gustaba mucho ir al colegio y siempre estaba jugando a ser profesor; por eso era una profesión que el adoraba. La pena es que sólo le faltaba un año para su jubilación.
El señor López evaluaba de una forma diferente a alo que todos podemos conocer.
Él, le estaba preguntando a uno por uno que si la actividad realizada del compañero esta bien.
Una alumna, en el tiempo que realizan las actividades dice que se quieren marchar ya para su casa. El señor López le explicaba el “tiempo”. Le dice que todavía no se puede marchar para casa ya que no salen hasta por la tarde. Le relaciona la tarde con la hora con la hora de ir a comer, y le aclara que si todavía no ha ido a comer es por la mañana.
Una vez que llegan los niños a sus casas, ayudan a las tareas del campo a sus padres. Podemos ver hasta como unos niños esta conduciendo un tractor.
Una vez que llega la noche, los niños se ponen a hacer las actividades que tienen que hacer para el colegio. Un alumno, todo cansado, lo podemos ver que esta recibiendo la ayuda de toda su familia. Todos están pendientes de las actividades del niño y le ayudan a realizarla.
Va pasando ya el tiempo y llega ya la primavera .El profesor la clase ahora la da en el jardín de la escuela, que podemos decir en el jardín de su casa.
Se acerca la hora de que el curso acaba, y pronto el profesor López se despedirá de todos aquellos dulces niños que en el próximo curso pasaran a otras escuelas.
Era se una vez, en un pueblecito francés, llamado Aubergne.; una serie de niños acuden todos en una furgoneta, o bien andando, a la escuela. Vienen de varias aldeas de su alrededor.
En dicha escuela, como todas las mañanas el profesor López esperaba con ilusión a todos aquellos que les dan los buenos días llamándole ¡Señor!.
Lo que mas lama la atención en esta escuela es que sólo hay una clase, con sólo un profesor. Era una clase única donde niños de diferentes edades comparten la misma aula. Las mesas colocadas en grupos, donde agrupaba a los niños de las mismas edades. Todos aprendían juntos. Los más pequeños colorean; mientras que los amas grandes hacen un dictado con el profesor.
Durante el día realizan varias actividades. El profesor a los más pequeños los saca a la pizarra para que realicen una serie del número 7. Todos al mismo tiempo, están pendientes del trabajo que realiza su compañero.
No sólo realizan actividades, también reciben disciplina por parte del profesor. Durante el día, aprenden cosas tan sencillas colmo es lavarse las manos, hasta lo mas complicado que es pedirle perdón al compañero con el que había peleado.
El profesor les hace entender a todos ellos; aquellas disciplinas básicas como es el respeto hasta que entienda un niños de diez años que su padre esta mal pero se pondrá bien.
Podremos describir al señor Lípez, como un héroe cotidiano armado con un lápiz y papel, con una mirada tranquila, una paciencia infinita y por supuesto, con una completa atención a sus alumnos.
El profesor cuenta que su padre era campesino, y él cuando pequeño siempre le ayudaba en su trabajo y veía lo duro que podía llegar a ser ese trabajo. El nos cuenta que sus padres nunca querían que él hubiera sido campesino.
Desde muy pequeño quería ser maestro. Le gustaba mucho ir al colegio y siempre estaba jugando a ser profesor; por eso era una profesión que el adoraba. La pena es que sólo le faltaba un año para su jubilación.
El señor López evaluaba de una forma diferente a alo que todos podemos conocer.
Él, le estaba preguntando a uno por uno que si la actividad realizada del compañero esta bien.
Una alumna, en el tiempo que realizan las actividades dice que se quieren marchar ya para su casa. El señor López le explicaba el “tiempo”. Le dice que todavía no se puede marchar para casa ya que no salen hasta por la tarde. Le relaciona la tarde con la hora con la hora de ir a comer, y le aclara que si todavía no ha ido a comer es por la mañana.
Una vez que llegan los niños a sus casas, ayudan a las tareas del campo a sus padres. Podemos ver hasta como unos niños esta conduciendo un tractor.
Una vez que llega la noche, los niños se ponen a hacer las actividades que tienen que hacer para el colegio. Un alumno, todo cansado, lo podemos ver que esta recibiendo la ayuda de toda su familia. Todos están pendientes de las actividades del niño y le ayudan a realizarla.
Va pasando ya el tiempo y llega ya la primavera .El profesor la clase ahora la da en el jardín de la escuela, que podemos decir en el jardín de su casa.
Se acerca la hora de que el curso acaba, y pronto el profesor López se despedirá de todos aquellos dulces niños que en el próximo curso pasaran a otras escuelas.
1 comentario:
La entrada es correcta. Señalo especialmente la introducción de los aspectos que mas te gustan.
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