Distintas definiciones de la cultura:
- La cultura es una capacidad humana distinta para adaptarse a las circunstancias y transmitir este conjunto de instrumentos y conocimientos aprendidos a la generación siguiente.
- La cultura es el modo de vida desarrollado por un grupo humano y transmitido de generación en generación.
- La cultura es el conjunto de esquemas mentales y de conducta mediante los cuales la sociedad consigue una mayor satisfacción para sus miembros (Kotler).
- La cultura incluye los valores, ideas, actitudes y símbolos, conocimientos, etc que dan forma al comportamiento humano y son transmitidos desde una generación al la siguiente.
- La cultura consiste en un conjunto de modelos de comportamientos adquiridos, implícitos y explícitos que, transmitidos mediante símbolos, constituyen los elementos distintivos de los grupos humanos.
- La esencia de la cultura son las ideas tradicionales y especialmente los correspondientes valores que subyacen a las mismas.
CULTURA INSTITUCIONAL.
Pero el problema de fondo es qué entendemos por cultura social (programas oficiales), por cultura institucional (programas propios) y por currículum (programas en las aulas). Matizando más diremos que los programas son un subproducto de la cultura y “una selección y manifestación de la misma”. Consideramos que la cultura social puede definirse como las capacidades, los valores, los contenidos y los métodos / procedimientos que utiliza o ha utilizado una sociedad determinada (o puede utilizar). Por cultura institucional entendemos las capacidades (herramientas mentales), los valores (tonalidades afectivas), los contenidos (formas de saber) y los métodos / procedimientos (formas de hacer) que utiliza o ha utilizado una institución (organización) determinada (o puede utilizar). Y por currículum entendemos una selección cultural y por tanto tiene los mismos elementos que la cultura, sea social o institucional. Así currículum indica las capacidades, los valores, los contenidos y los métodos / procedimientos que los adultos queremos que se aprendan en las aulas. De este modo las instituciones educativas utilizan el currículum como una poderosa herramienta cultural. Como tal, el currículum no debe ser una mera fotocopia de la cultura oficial, sino que ésta debe ser recreada y reconstruida por profesores e instituciones educativas, tratando de buscar la identidad cultural de las organizaciones, como una forma de autonomía pedagógica y cultural de los establecimientos educativos. Ello supone que las organizaciones educativas han de reclamar en la teoría y en la práctica la máxima autonomía en la fijación de los objetivos (capacidades y valores) y una autonomía relativa en la fijación de los contenidos y los métodos / procedimientos.
Pero el problema de fondo es qué entendemos por cultura social (programas oficiales), por cultura institucional (programas propios) y por currículum (programas en las aulas). Matizando más diremos que los programas son un subproducto de la cultura y “una selección y manifestación de la misma”. Consideramos que la cultura social puede definirse como las capacidades, los valores, los contenidos y los métodos / procedimientos que utiliza o ha utilizado una sociedad determinada (o puede utilizar). Por cultura institucional entendemos las capacidades (herramientas mentales), los valores (tonalidades afectivas), los contenidos (formas de saber) y los métodos / procedimientos (formas de hacer) que utiliza o ha utilizado una institución (organización) determinada (o puede utilizar). Y por currículum entendemos una selección cultural y por tanto tiene los mismos elementos que la cultura, sea social o institucional. Así currículum indica las capacidades, los valores, los contenidos y los métodos / procedimientos que los adultos queremos que se aprendan en las aulas. De este modo las instituciones educativas utilizan el currículum como una poderosa herramienta cultural. Como tal, el currículum no debe ser una mera fotocopia de la cultura oficial, sino que ésta debe ser recreada y reconstruida por profesores e instituciones educativas, tratando de buscar la identidad cultural de las organizaciones, como una forma de autonomía pedagógica y cultural de los establecimientos educativos. Ello supone que las organizaciones educativas han de reclamar en la teoría y en la práctica la máxima autonomía en la fijación de los objetivos (capacidades y valores) y una autonomía relativa en la fijación de los contenidos y los métodos / procedimientos.
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